Los conservadores cambian de piel, pero no de entrañas

 

Mouris Salloum George

El culto cívico a nuestros héroes, es identidad histórica, carta de naturaleza de nuestra soberanía nacional.

 

Hace 161 años murió don Valentín Gómez Farías. Su obra es seminal del Estado Liberal, a partir de que liquidó la supremacía del clero sobre asuntos civiles y creó instituciones de educación pública hasta grados medios y superiores.

 

Dispuso Gómez Farías la extinción del viejo Ejército virreinal con la idea de impedir los incesantes alzamientos militares que hicieron de la mexicana una sociedad fluctuante. Resistió la insolencia de los renegados de Texas tratando de preservar la integridad territorial.

 

Al sentar las bases de La Reforma, Gómez Farías desencadenó las crisis internas que, a la postre, desembocaron en la invasión extranjera a cargo de la Triple Alianza.

 

Al triunfo de la República, todavía en julio 1866 Carlota viajó a Europa a exigir a Napoleón III el cumplimiento del Tratado de Miramar.

 

Benito Juárez fue la roca Patria, cuya fortaleza fue atentada por la última ocupación armada contra México acometida por los Estados Unidos en 1914.

 

Juárez-fallecido el 18 de julio de 1872- está el centro de gravedad de la cuarta transformación. Es uno de sus macizos hilos conductores.

 

Sólo se hace honor a la memoria histórica si, entre el discurso electoral y el ejercicio del poder, prima la congruencia republicana.

 

Los conservadores cambian de piel, pero no de entrañas

Hace un año, el Instituto Nacional Electoral validó los resultados que le dieron el triunfo a Andrés Manuel López Obrador. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, dictó sentencia definitiva e inatacable.

 

Las contumaces resistencias políticas, sin embargo, pretenden retrotraernos a la edad del orangután que señoreó sobre la República en el siglo XIX.

 

Los conservadores han cambiado de piel, pero no de entrañas. Con otras tácticas conspirativas, se niegan todavía admitir que el pueblo se pronunció por el cambio y, en el imaginario colectivo, la voz del pueblo es la voz de Dios.

 

En la Independencia, en La Reforma y en la Revolución de 1910 hubo pueblo. Hubo pueblo en julio de 2018.

 

No existe razón para que en este nuevo momento de destino no lo haya frente a la acechanza imperial. Contra la Patria nunca tendremos la razón. Lo expresó Juárez. No es mucho pedir que, en respuesta a esa voluntad soberana, haya congruencia.

*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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